Los partidos judíos ultraortodoxos, Iahadut Hatorá y Shas, no estarán en el gobierno israelí por primera vez en una década, según informaron fuentes cercanas a las negociaciones para la formación de la futura coalición al diario «Yediot Aharonot».
El primer ministro en funciones, Binyamín Netanyahu, se reunió con los tres líderes de Shas, Eli Yishai, Ariel Atías y Arié Deri, y les comunicó que no serán incluidos en el gabinete, debido a la presión ejercida por Yair Lapid, que encabeza la formación centrista Yesh Atid, para que permanezcan fuera.
El próximo ejecutivo estará probablemente formado por una coalición entre Likud-Beitenu (31 diputados), Yesh Atid (19), Habait Haiehudí (12), Hatnúa (6) y Kadima (2), lo que dará a Netanyahu una mayoría en el Parlamento de 70 de los 120 diputados, aseguró la prensa local.
Las negociaciones ya llegaron a un punto en el que se están debatiendo los posibles ministerios que recibiría cada facción.
Según el periódico, Yesh Atid reclamará las carteras de Educación, Interior y Bienestar Social, y quiere obtener también la de Exteriores, la cual ya fue prometida a Avigdor Lieberman, que desempeñó ese cargo hasta finales del pasado año, cuando lo tuvo que abandonar a causa de una imputación judicial por fraude y abuso de confianza.
Tzipi Livni, la única que ya alcanzó un pacto de coalición con Netanyahu, será ministra de Justicia y encabezará las negociaciones de paz con los palestinos y su partido, Hatnuá, obtendría además otra cartera.
Netanyahu se ve obligado a incluir en el gobierno a Yesh Atid y Habait Haiehudí tras el acuerdo entre ambas facciones de entrar unidos o quedarse ambos fuera del gabinete, sumado a la negativa del Partido Laborista, encabezado por Shelly Yachimovich, con 15 escaños, de integrar la coalición.
El presidente israelí, Shimón Peres, concedió el sábado a Netanyahu una prórroga de dos semanas - la única prevista en la ley - para tratar de formar el nuevo gobierno.
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