Israel comenzó a liberar a 1.200 infiltrados africanos del centro de internamiento Holot, en el desierto del Negev, que llegaron al país durante los últimos años de manera ilegal.
Las autoridades acatan así una decisión del Tribunal Supremo del 11 de agosto que reconocía la legalidad de mantener a los inmigrantes detenidos pero limitaba el periodo durante el que podían permanecer en el centro de internamiento.
Según la Corte Suprema, mantener a los infiltrados detenidos durante más de 20 meses es «desproporcionado».|
A los infiltrados liberados las autoridades deberán proporcionarles una compensación económica, documentación y certificados médicos en el caso de que los necesiten.
También se les entregará una carta notificando su liberación, un alimento y una bebida refrescante.
El ministro del Interior, Silvan Shalom, ordenó que los infiltrados liberados no puedan residir en el área de Tel Aviv, en algunos de cuyos barrios hay una fuerte concentración de subsaharianos, ni en la ciudad balneario de Eilat, en la costa del Mar Rojo, al sur del país.
Las autoridades hebreas estiman que en Israel viven unos 50.000 infiltrados africanos de manera ilegal. La mayor parte procede de Eritrea y Sudán.
La inmensa mayoría de ellos residen habitualmente en el área de Tel Aviv y sus solicitudes de asilo político no son tramitadas por el gobierno israelí.
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