Una firma de servicios de limpieza de Israel clasificó a sus empleados según su origen étnico, pidiendo a los clientes más dinero por los europeos que por los africanos. La empresa Irina de Tel Aviv fue fuertemente criticada por imponer tarifas dependiendo del origen de los trabajadores.
Según los folletos de esta firma, contratar a empleados africanos cuesta 12,60 dólares por hora, mientras que el servicio de los europeos con ciudadanía israelí cuesta 17,70 por hora.
Funcionarios de Irina sostienen que sus trabajadores son «legales» y que esta es una «solución» para los que no quieren contratar «trabajadores extranjeros ilegales» y para los que no quieren «un trabajador árabe por razones de seguridad».
El anuncio no incluye a empleados de origen árabe ni israelí.
El servicio de noticias del Canal 2 local habló con un representante de Irina que confirmó que los anuncios no eran una broma, revelando asimismo que «los europeos del este trabajan mejor».
El folleto fue compartido en Facebook por la periodista Tal Schneider con la descripción: «El evidente racismo impregna la sociedad israelí".
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