El ministro de Exteriores israelí, Avigdor Liberman, condenó la violencia racista de las últimas semanas contra inmigrantes subsaharianos y criticó al ministro de Interior, el ultraortodoxo Eli Yishai, por sus recientes declaraciones xenófobas.
«La historia judía nos obliga a ser excepcionalmente cautos en estos asuntos», dice el comunicado de la oficina del canciller.
Liberman condenó de forma tajante los ataques que tuvieron lugar en varias ciudades de Israel contra inmigrantes sin papeles, entre ellos el incendio de una vivienda en Jerusalén.
«No hay justificación para un crimen aborrecible que pone en peligro la vida de personas», refirió la nota de prensa de Exteriores, en la que además Liberman destaca que «nadie tiene derecho a violar la ley y recurrir a la violencia contra otros ni desde luego poner en peligro sus vidas».
Horas antes, en una conferencia en la ciudad de Eilat, el ministro había criticado las duras declaraciones que hizo su colega de Interior, Eli Yishai, acerca de que la mayoría de los 60.000 inmigrantes subsaharianos que viven en Israel «son criminales que deberían ser encarcelado y echados».
Para el ministro israelí de Exteriores, declaraciones como las de Yishai «nos hacen retroceder seis meses en las negociaciones con los países de origen para que los acepten de vuelta».
«Todas estas habladurías no solucionan problemas. Hemos tenido avances significativos en las conversaciones con los países de origen de los inmigrantes y desgraciadamente en las dos últimas semanas todos nuestros esfuerzos fueron borrados», aseguró.
Diez inmigrantes de Eritrea resultaron heridos la pasada madrugada por inhalación de humo cuando desconocidos incendiaron su apartameto en el centro de Jerusalén, y dos debieron ser hospitalizados.
Los atacantes habían escrito en la pared las palabras «Salgan de nuestro barrio».
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