Moshé Silman de 57 años, hijo de un sobreviviente del Holocausto y residente en la ciudad de Haifa, se prendió fuego durante una manifestación de «indignados» en Tel Aviv organizada para recordar el primer aniversario de las movilizaciones a favor de una mayor justicia social y para protestar por el alto costo de la vida.
Silman sufrió quemaduras de tercer grado en el 80% de su cuerpo y fue trasladado al centro hospitalario Ijilov en Tel Aviv, y de allí al hospital Sheeva en Tel Hashomer, en el centro del país. Su estado es grave.
Testigos presenciales relataron que Silman repartió varias copias de una carta que leyó antes de rociarse con un líquido inflamable y prenderse fuego. «El Estado de Israel me ha robado, me ha dejado sin nada. Culpo a Israel, al primer ministro, Binyamín Netanyahu, y a Yuval Steinitz, ministro de Finanzas, por la continua humillación que tienen que soportar día tras día los ciudadanos de Israel. Le quitan a los pobres para darles a los ricos», denunció Silman.
Un activista, Ofer Barkán, aseguró que Moshé Silman ya había participado en las protestas del año pasado.
«Le conocimos el verano pasado. Era una persona completamente normal que vivía en Tel Aviv, pero su negocio se hundió. Trabajó como taxista, pero sufrió un ataque al corazón por el que se quedó en el paro. Se marcho a Haifa porque no podía pagarse la vida en esta ciudad», relató.
Según Barkán, Silman había amenazado en varias ocasiones con inmolarse. «Creíamos que podía hacerlo, pero no lo sabíamos», añadió en declaraciones al diario israelí «Haaretz».
Las manifestaciones para recordar el primer aniversario de las protestas reunieron este sábado a miles de personas en Tel Aviv, Haifa, Beer Sheva, Jerusalén y Afula.
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