El Ejército israelí trasladará el mayor número de bases desde el corazón de Tel Aviv como parte de un proyecto de 7.000 millones de dólares destinado a aliviar el grave problema de escasez de espacio para viviendas.
Los terrenos que el Ejército planea desalojar están valuados en 14.000 millones de dólares.
El Banco de Israel, preocupado por el aumento en los precios inmobiliarios, pidió al Gobierno, que controla alrededor del 93% de la tierra en el país, que libere la mayor cantidad de ésta para poder cumplir con la demanda.
La sede de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), conocida como la Kirya, ocupa 19 hectáreas en el centro de Tel Aviv.
La extensa base de Tel Hashomer, en pleno centro del país, está entre la decena de centros militares ubicados en los alrededores, ocupando espacio importante en lo que ahora son distritos residenciales y comerciales.
En lo que será uno de los proyectos de infraestructura más grandes de Israel, la Kirya será reducida y otros complejos serán trasladados a nuevas «mega bases», la mayoría de ellas ubicadas en el Negev.
Para el Ejército, la migración también ofrece beneficios, con un campus central de inteligencia de al menos 3.000 millones de dólares, según el teniente coronel Peleg Zeevi, quien encabeza el proceso de licitación para el ministerio de Defensa.
Unos 30.000 soldados, autoridades y sus familias tendrán que mudarse a la sureña ciudad de Beer Sheba y sus alrededores, en el desierto de Negev, que ocupa dos tercios del territorio israelí.
«La inversión del Gobierno en vivienda, centros culturales e infraestructura en la zona del Negev, inyectará alrededor de 1.600 millones de dólares al año en la economía local», afirmó Zeevi.
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