Diputados del partido centrista Yesh Atid, la segunda fuerza parlamentaria israelí que lidera el ministro de Finanzas Yair Lapid, presentó un proyecto ley para instaurar un modelo de matrimonio civil en el país.
Israel sólo permite en la actualidad los enlaces religiosos, aunque reconoce los celebrados en el extranjero por parte de parejas del mismo o de distinto sexo.
La iniciativa tiene su origen en la también facción centrista Hatnuá, cuya líder y ministra de Justicia, Tzipi Livni, propuso reformar la legislación matrimonial para permitir a las parejas judías escoger el rabino de la corriente judaica que oficie su boda.
Esta semana, el diputado de Hatnuá, el ex ministro de Interior, Meir Shitrit anunció su intención de presentar una ley de unión civil, que fue vetada por sus socios de la coalición gubernamental.
Sorprendentemente, parlamentarios de Yesh Atid, encabezados por la diputada Ruth Calderón, presentaron su propio proyecto ley «para regular las uniones civiles entre dos seres humanos con los mismos derechos que los matrimonios».
La iniciativa encontró la oposición de los ultranacionalistas religiosos del partido Habait Haiehudí, también integrantes del Gobierno. El diputado Yonatán Chetboun calificó el proyecto de «peligroso» porque «podría llevarnos a un Estado binacional».
«Israel salvaguarda su mayoría judía desde su creación. Proyectos como éste anularían una de las principales exigencias nuestras a los palestinos, el reconocimiento de un Estado nación del pueblo judío», aseguró.
Calderón explicó que su partido «no tiene ninguna disputa o confrontación con quienes profesan la religión judía, pero necesitamos aportar una solución cívica para cada persona, judía o no judía, gay o hetero», afirmó.
El ex presidente de la Corte Suprema de Justicia israelí, Aharón Barak, también apoyó esta iniciativa, ya que, en su opinión, la situación actual «viola el derecho constitucional al matrimonio» incluido en la ley básica conocida como «El honor del ser humano y su libertad», aprobada por amplia mayoría en el Parlamento hebreo.
Lo ocurrido pone una vez más de manifiesto la necesidad de una reforma de las leyes en materia de matrimonio en Israel. Se trata de una situación que no afecta, por cierto, únicamente a las parejas del mismo sexo. El pasado diciembre, por ejemplo, el ministerio de Interior denegó la entrada al país al marido de nacionalidad nigeriana de una mujer israelí.
Según una reciente encuesta publicada por el Intituto Israelí de Democracia y citada por el diario «Haaretz», el 73% de la población del país apoya la aprobación de una ley de matrimonio civil.
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