Hechos que han cambiado la historia se inician por motivos cuya dimensión no tiene relación con los acontecimientos que han desencadenado. Hay muchos ejemplos, de los cuales el más reciente es el que dio inicio a la conmoción en el mundo árabe que ha concluido con los gobiernos de Túnez y Egipto, y con consecuencias en desarrollo en Jordania, Yemen y Argelia.
En verano, que es la estación que más detesto, me ocurre eso de buscar como Holden Caulfield - el protagonista de la novela rebautizada "El guardián entre el centeno" de J. Salinger -, traducciones y frases que admiten variaciones sobre el mismo tema.
Horangel recomendaba a mi signo "ser valiente y aprender una actitud previsora, más allá de sus habituales cavilaciones". Entonces, me dispuse rápidamente a leer el pronóstico que anunciaba diluvio para el día siguiente.
El hombre no ha podido construir el paraíso social pero ha sido capaz de mejorar superlativamente los planos del infierno bíblico. Su instrumentación superó la imaginación de Dante Alighieri en la Divina Comedia. Su nombre fue Auschwitz en alemán y Oswiecim en polaco.