Con una dura misiva, la embajada de Israel en Argentina respondió los dichos de la presidenta de ese país, Cristina Fernández de Kirchner, que reprochó al Estado hebreo el silencio respecto al ataque terrorista que tuvo lugar en su sede diplomática el 17 de marzo de 1992.
En una extensa carta, Dorit Shavit, jefa de la sede diplomática hebrea, explicó que «en los últimos 23 años Israel sostuvo la importancia de continuar con las acciones pertinentes en miras de llevar a los responsables a juicio» y añadió que la «responsabilidad» por la seguridad de los cuerpos diplomáticos extranjeros recae sobre el «país receptor».
Durante la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso argentino, la presidenta resaltó que «la embajada es territorio de Israel. Pero el Estado de Israel reclama por la AMIA, que no me molesta que reclame, pero no reclama por su embajada».
«El pueblo argentino e israelí comparten un mismo dolor, ambos fueron víctimas de un terrible flagelo. Hoy, como en el pasado, el mundo debe aunarse en la lucha contra el terrorismo asesino y sus emisarios», se agregó en la carta.
«Como queda referenciado en los acuerdos internacionales sobre la materia, la responsabilidad acerca del cuidado de toda delegación diplomática se encuentra en manos del país receptor de la misma. Es competencia y responsabilidad del Estado argentino investigar el atentado perpetrado contra la embajada de Israel en Buenos Aires», agregó.
En otro pasaje, la cancillería israelí señaló que «en los últimos 23 años Israel respaldó la importancia de continuar con las acciones pertinentes en miras de llevar a los responsables a juicio. La prosecución de tal fin, sin lugar a dudas, expresa el interés de ambas naciones».
«Por último, el Estado de Israel vuelve a señalar su preocupación por el bienestar de las comunidades judías, en especial a raíz de las innumerables manifestaciones antisemitas que suceden en el mundo. Por consiguiente, Israel seguirá expresando la importancia de continuar con la investigación acerca del atentado ocurrido contra la sede de la AMIA», concluyó el comunicado.
En su actual visita a Estados Unidos, el primer ministro israelí, Binyamín Neyanyahu, hizo referencia a los ataques terroristas sufridos en Argentina en 1992 y 1994 y responsabilizó al régimen iraní por ellos.
«Irán mandó estallar un centro comunitario judío y la embajada de Israel en Buenos Aires», señaló el mandatario hebreo ante el Capitolio norteamericano, donde cuestionó severamente el plan nuclear de Teherán.
La Justicia argentina determinó que el grupo terrorista libanés Hezbolá fue el resposnable de ambos ataques contra la sede diplomática y contra la AMIA en 1992 y 1994 respectivamente.
La organización chiíta libanesa es financiada por Irán desde su nacimiento y por medio de ella controla la mitad del Líbano, parte de Siria y se expande por América Latina.
Por el ataque a la AMIA se despertó una fuerte controversia a raíz del memorándum que el Gobierno argentino firmó con Irán. El acuerdo implicaba la creación de una «Comisión de la Verdad» que echaba por tierra lo actuado por la Justicia y que provocó que fuera declarado inconstitucional.
El fiscal argentino, Alberto Nisman - muerto en extrañas circunstancias -, denunció por intento de encubrimiento de investigación de los atentados a la presidenta y al canciller Héctor Timerman.
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