Las tropas del grupo yihadista Estado Islámico (EI) se encuentran a sólo 16 kilómetros de la pequeña ciudad iraquí de Al Kosh, donde se encuentra una antigua sinagoga que contiene la tumba del profeta hebreo Nahum Elkoshí, advirtió su cuidador, el asirio cristiano Asir Salaam Shajaa, al diario «Haaretz».
Se trata de uno de los últimos templos judíos de Irak y ya tiene semidestruidos sus muros de piedra.
La ciudad de Al Kosh está construida sobre la antigua llanura de Nínive, capital del imperio asirio, cuya destrucción, según la Biblia, profetizó Nahum hace más de 2.600 años.
Shajaa cuida la sinagoga al igual que lo hicieron su padre y su abuelo, en cumplimiento de una promesa que les hicieron a los judíos que huyeron del lugar a principios de la década de 1950, después que el gobierno iraquí comenzó a perseguirlos tras la declaración de la independencia de Israel.
El cuidador contó que «desde el living de mi casa vigilo este lugar».
«Mi esposa barre los pisos cada semana, y cuando tenemos un visitante que desea ver o rezar en la tumba, le abro las puertas y lo dejo entrar, pero no recibimos a muchos, apenas una docena de peregrinos al año», lamentó.
También en Irak, y en otra muestra de su sanguinaria sed de sangre, militantes del EI asesinaron brutalmente a tres homosexuales lanzándolos desde la terraza de un edificio ante una muchedumbre convocada en Mosul.
Las perturbadoras imágenes de la atrocidad muestran el paso a paso de una ejecución terrible, en la que la víctima no muere al chocar contra el piso, aunque queda malherido. La multitud es entonces animada a lapidarlo para terminar con su vida.
Este tipo de horrendas ejecuciones públicas son cada vez más comunes en territorios controlados por el EI, en gran medida como estrategia para infundir terror sobre la población subyugada o bien para regocijar a quienes se unieron a su campaña de odio a todo lo que no respete a rajatabla su punto de vista ultraislámico.
La secuencia contiene imágenes en las que se ve a los terroristas acarreando a los condenados hasta que luego los lanzan al vacío uno tras otro.
En una de las fotos más chocantes, se puede ver cómo toman a uno por los tobillos y lo mantienen colgado mientras en la vereda se puede ver otro cuerpo, lanzado segundos antes.
En la siguiente imagen ya aparece en plena caída, mientras que la serie contiene también tomas de la gente que espera en la vereda custodiada por unos pocos hombres armados para evitar que se crucen donde van a caer las personas.
No es la primera vez que el EI justifica este tipo de atrocidades en la homosexualidad de quienes elige como víctimas, pero elevó el nivel de cobertura propagandística.
En los últimos tiempos parece remarcar, además, que los sentenciados no mueren sólo por el impacto de la caída, sino que agonizan hasta que son rematados por la multitud que acude a observar estos eventos.
Los yihadistas que los organizan se aseguran de proveer una buena cantidad de piedras para la lapidación posterior a la caída del condenado. También promueven que hayan niños incluidos entre los asistentes.
El «Daily Mail» publicó que muchos de ellos viajan en pequeñas motocicletas desde poblaciones cercanas a Mosul.
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