El primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, anunció que la casa del terrorista palestino, Morad Bader Abdullah Adais (16), que asesinó el pasado domingo a Dafna Meir, madre de seis hijos, en el asentamiento de Otniel, en el sur Cisjordania, será destruida.
«Vamos a destruir la casa del terrorista», declaró Netanyahu durante una visita de condolencia a Otniel acompañado por el ministro de Defensa israelí, Moshé Yaalón.
El mandatario hebreo volvió a acusar a la Autoridad Palestina (AP) de contribuir a propagar el odio.
«El odio que provocó este asesinato tiene un origen: es la campaña de incitación llevada a cabo por la Autoridad Palestina y otros elementos como el Movimiento Islámico y Hamás, y ya es hora de que la comunidad internacional acabe con la hipocresía y llame por su nombre a las cosas», afirmó.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) anunciaron haber detenido al autor del asesinato en su casa en la localidad de Beit Amra, a unos kilómetros de Otniel.
Dafna Meir murió apuñalada en presencia de la mayor de sus seis hijos en su domicilio.
El estupor ante ese asesinato fue amplificado por otra agresión con cuchillo el lunes contra una mujer embarazada en el asentamiento de Tekoa, en Cisjordania.
El autor de ese atentado, un adolescente de 17 años fue herido y detenido en el acto.
Las FDI emplearon menos de 36 horas para detener al presunto autor del ataque contra Meir.
Un video difundido por las FDI mostró el operativo nocturno de detención del terrorista palestino, detenido cuando dormía.
«No tiene nada que ver con eso», dijo sin embargo Khader, tío del asesino en declaracionea al Canal 10 israelí. «Es un muchacho, no pudo haber hecho eso», insistió Khader.
Los ataques del domingo y lunes se inscriben en una ola de violencia diaria que se inició en octubre, pero que hasta ahora no había franqueado las puertas custodiadas de los asentamientos judíos en Cisjordania.
El asesinato de Dafna Meir hace temer que entre los miles de palestinos que entran todos los días en las colonias algunos sigan el ejemplo de su agresor.
Las FDI decidieron cerrar el acceso de los asentamientos a los trabajadores palestinos con excepción de las zonas de actividad económica.
Unos 400.000 colonos israelíes están en los territorios militarmente ocupados, donde viven 2,5 millones de palestinos. Unos 26.000 palestinos trabajan en las colonias.
Las FDI no quieren aumentar la tensión castigando colectivamente a los 120.000 palestinos que trabajan ya sea en los asentamientos o en Israel.
«El toque de queda o la prohibición de circulación serían graves errores, contrarios a los intereses israelíes», afirmó el jefe de Estado Mayor de las FDI, Gadi Eisenkot.
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