Al menos 16 personas murieron de hambre desde el comienzo de este mes de febrero en la localidad asediada siria de Madaya, al noroeste de Damasco, pese a la llegada de varios convoyes de ayuda humanitaria suministrados por Naciones Unidas, denunció Médicos Sin Fronteras (MSF).
El director de operaciones de la ONG, Brice de le Vingne, señaló que «es totalmente inaceptable que la gente continúe muriendo de hambre y que los casos médicos graves permanezcan en la ciudad cuando deberían haber sido evacuados hace semanas».
Según la organización, se estima que hay unos 320 enfermos por desnutrición, de los que 33 están graves, en Madaya, cuya población es de 20.000 habitantes.
«Se necesita una presencia médica permanente e independiente en Madaya de inmediato, porque esperamos que la situación médica empeore dado que el acceso a la atención sanitaria para la gente que está dentro sigue siendo extremadamente limitado», indicó De le Vingne.
MSF recordó que Madaya fue objetivo de un intenso bombardeo el pasado verano y que este invierno el asedio se endureció, con lo que asistencia humanitaria como suministros sanitarios esenciales no está disponible en la población.
A mediados de enero, tres caravanas, organizadas por la ONU, la Media Luna Roja Siria y el Comité Internacional de la Cruz Roja, entraron en Madaya para repartir ayuda.
Esta localidad lleva asediada por las fuerzas leales al presidente sirio, Bashar al-Assad y su aliado, el grupo terrorista libanés Hezbolá, desde julio pasado.
MSF calcula que entre 1,5 y 2 millones de personas viven atrapadas en lugares cercados en Siria, bien por los fieles al Gobierno de Damasco o por los grupos opositores.
Por su parte, el Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá este viernes para analizar el estado de las tratativas de paz sobre Siria, suspendidas por falta de avances, según adelantaron fuentes diplomáticas.
En el encuentro, que se celebrará a puertas cerradas, se espera que el mediador de Naciones Unidas para ese proceso, Staffan de Mistura, informe a los quince miembros del Consejo sobre su decisión de suspender las conversaciones.
De Mistura anunció este miércoles una pausa del diálogo hasta el día 25 ante la falta de progresos y la imposibilidad de obtener del Gobierno de Assad un gesto humanitario que ofrezca esperanzas de voluntad para llegar a un resultado concreto.
Sin señalarlo directamente, la ONU dio a entender que la actitud del régimen sirio tuvo mucho que ver en la decisión.
«Es profundamente inquietante que los primeros pasos de las conversaciones se vieran socavadas por la continua falta de acceso humanitario suficiente y por el repentino aumento del bombardeo aéreo y actividades militares en Siria», dijo en Londres el secretario general de la organización, Ban Ki Moon.
La suspensión de las negociaciones coincidió con el segundo día de una gran ofensiva militar del Ejército sirio y grupos afines sobre Alepo, apoyados desde el aire con bombardeos rusos, que consiguió romper el asedio del Frente Jabhat Al Nusra, afiliado a Al Qaeda, en torno a dos localidades chiítas.
De Mistura, como Ban, se encuentra en Londres participando en la conferencia de donantes de Siria organizada por la ONU, Reino Unido, Alemania, Noruega y Kuwait con el objetivo de recaudar unos 9.000 millones de dólares para ayuda humanitaria.
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