Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) tienen capacidad de «disuasión efectiva» contra Hezbolá, afirmó el Jefe del Estado Mayor, Gadi Eisenkot.
Eisenkot reaccionó después de que el líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, amenazara con atacar depósitos de amoniaco en Haifa, en el norte de Israel.
Nasrallah dijo que «nuestros cohetes combinados con el centro de almacenamiento de amoniaco en Haifa, crearán el efecto de un arma nuclear».
Eisenkot señaló que Hezbolá es un adversario pernicioso de Israel, pero que durante 10 años su frontera con Líbano es la más tranquila. Israel libró en 2006 una guerra con el grupo armado chiíta libanés.
El alcalde de Haifa, Yona Yahav, aprovechó la amenaza como una oportunidad para llamar la atención sobre los problemas medioambientales de la ciudad y dijo estar agradecido a Nasrallah por sus amenazas de un ataque a la planta de amoniaco local.
«Nos alegra la 'ayuda', aunque venga de un hombre asustado escondido en su bunker», declaró Yahav.
Haifa afronta amenazas medioambientales por el almacén de amoniaco, la refinería de petróleo y las empresas petroquímicas, construidas en su bahía semicerrada entre las orillas del Mediterráneo y el Monte Carmel.
El ministro israelí de Medio Ambiente, Avi Gabai, anunció planes para trasladar la planta de amoniaco al sur de Israel.
Además de amenazar a Israel, Nasrallah aprovechó la oportunidad para criticar duramente a los Estados árabes sunitas de Oriente Medio que mantienen relaciones con el Estado judío o se aproximan a él y aseguró que Hezbolá y Líbano no tienen nada que temer en un futuro conflicto regional.
«Los israelíes creen que se encuentran ante dos oportunidades: la primera es establecer relaciones y alianzas con los Estados árabes sunitas aprovechándose de su confrontación con Irán, y la segunda es cambiar el régimen en Siria».
«Israel sabe que Hezbolá tiene misiles y cohetes que pueden golpear cualquier lugar de su territorio», aseguró Nasrallah, para quien mantener el poder militar de su grupo terrorista es la única manera de evitar un futuro ataque sobre el Líbano.
Nasrallah agregó que los recientes avances del Ejército sirio y sus aliados pusieron a Siria «en un nuevo camino» y que los planes de Arabia Saudita, Turquía e Israel para derrocar al presidente sirio, Bashar al-Assad, fracasaron.
Según el líder de Hezbolá, Turquía y Arabia Saudita se mueven por su «odio hacia Assad. Para ellos, no hay problema si los combates y la destrucción continúan en Siria durante decenas de años, no les supone un problema», recalcó.
«Quieren llevar la región a una guerra regional o global, pero no están dispuestos a aceptar una solución realmente política y nacional en Siria, visto el nivel de odio y maldad», añadió.
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