La ex esposa del fiscal argentino Alberto Nisman y la fiscal que investiga su muerte se acusaron mutuamente este sábado de obstruir el esclarecimiento del deceso, en un nuevo capítulo de un caso complejo con incesantes derivaciones.
La jueza Sandra Arroyo Salgado, ex esposa y madre de las dos hijas de Nisman, a quienes representa en la causa judicial, acusó a la fiscal Viviana Fein de empecinarse en la hipótesis del suicidio, mientras que ella sostiene que se trató de un homicidio.
«Fein aferra todo su trabajo a probar que únicamente esto fue un suicidio», sostuvo la jueza en declaraciones a una radio, e insistió en que la fiscal «dirige la investigación con un interés manifiesto en el resultado del proceso».
Nisman, quien investigaba el atentado a la AMIA en Buenos Aires en 1994 que causó 85 muertos y 300 heridos, murió el 18 de enero, cuatro días después de haber acusado a la presidenta Cristina Kirchner de encubrir a iraníes, una denuncia que ya fue desestimada por la justicia de primera y segunda instancia.
El fiscal fue hallado muerto la víspera de presentarse en el Congreso para explicar su denuncia contra Kirchner, el canciller Héctor Timerman y allegados al gobierno, a los que acusó de «confabular para encubrir» a exaltos funcionarios iraníes imputados por la voladura de la AMIA.
Tras su muerte, la denuncia ya fue rechazada en primera y segunda instancia judicial por «inexistencia de delito», pero ese fallo puede ser apelado ante la Cámara de Casación.
En declaraciones a radio, Fein aseguró que se sentía «muy agraviada» por los dichos de Arroyo Salgado y la cuestionó a su vez por haber pedido la suspensión de una junta médica prevista para este lunes con el fin de dirimir criterios entre los peritos.
«Es una querella que no trabaja al lado de la fiscal», se quejó Fein y lamentó que «permanentemente haya un planteo» por parte de la querella.
Criticó además a la querella por «aseverar frente a una audiencia pública que fue un homicidio, cuando la causa sobre el deceso del fiscal todavía está en plena tramitación».
Desde que Nisman fue hallado muerto de un disparo en la cabeza en el baño de su departamento, la fiscal investiga el hecho como suicidio, suicidio inducido u homicidio, y éste sigue caratulado como «muerte dudosa».
Pero la jueza dio a conocer en rueda de prensa el 5 de marzo un informe de peritos de parte según el cual Nisman fue víctima de un homicidio.
El único imputado en la causa es un colaborador del fiscal, el experto en informática Diego Lagomarsino, pero sólo por prestarle el arma de la que salió la bala que lo mató.
Lagomarsino compartía además una cuenta bancaria en Estados Unidos con Nisman, en la que el informático - según declaró en el expediente - depositaba mensualmente la mitad de su sueldo de 40.000 pesos (4.500 dólares) que reintegraba al fiscal.
Arroyo Salgado afirmó que viene sufriendo «actos intimidatorios», como desconocidos merodeando por su casa y que sacaron fotos.
«Tuve que extremar las medidas de seguridad en mi casa, con fuerzas de seguridad y empresas privadas», explicó y contó que sus hijas, de 8 y 15 años, tienen «mucho miedo».
La jueza acusó además a Fein de «contribuir a un circo de denostación de la imagen de Nisman», por la filtración de fotografías privadas del ex fiscal.
El jefe del gabinete argentino, Aníbal Fernández, volvió a cuestionar este sábado lo que llamó «inconductas» de Nisman por el supuesto manejo irregular de los fondos públicos en la fiscalía especial AMIA.
La causa por el atentado a la AMIA también está envuelta en una maraña judicial y se espera el inicio de un demorado juicio por encubrimiento contra el ex presidente Carlos Menem (1989-1999), entre otros acusados.
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