Los republicanos del Congreso de EE.UU redoblaron una ofensiva contra el presidente Barack Obama y sus esfuerzos diplomáticos para alcanzar un acuerdo nuclear con Irán, al invitar al primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu a encabezar una sesión sobre el tema.
La ofensiva republicana contra la política de Obama de apostar por las negociaciones con Irán es un proyecto de ley para aumentar las sanciones unilaterales que la oposición prepara en la cámara baja, dominada por ella desde hace cuatro años, en los últimos meses.
Sin embargo, hasta las elecciones legislativas de noviembre pasado, el Senado estaba en manos del oficialismo demócrata, quien le había ofrecido conciliar un proyecto que propusiera aumentar las sanciones a Teherán sólo cuando venza el plazo último para alcanzar un acuerdo nuclear en Viena con el resto de las potencias.
Ahora, con el control de la mayoría en el Senado, la oposición republicana tiene vía libre para aprobar la versión más extrema.
Además, el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, el republicano Bob Corker, comenzó las audiencias para impulsar un proyecto de ley que obligaría a Obama a que cualquier acuerdo multilateral con Irán sea ratificado por el Congreso, es decir, por las mayorías republicanas.
A esas dos iniciativas legislativas se suma ahora un nuevo y sorpresivo golpe de efecto con la invitación de Netanyahu a encabezar una sesión bicameral sobre «el islam radical» en febrero en el Congreso en Washington, un mes antes de las elecciones generales en Israel.
El presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, anunció la invitación al jefe de gobierno israelí apenas un día después que Obama volviera a advertir que vetará cualquiera ley que contenga nuevas sanciones contra Irán, que amenacen con deshacer el progreso alcanzado en la mesa de negociación en Viena junto al resto de las principales potencias mundiales.
«Nuevas sanciones aprobadas ahora por este Congreso garantizarían sin lugar a dudas el fracaso de la diplomacia y alienarían a Estados Unidos de sus aliados, permitiendo que Irán reactive su programa nuclear», explicó anoche el mandatario en su primer discurso del Estado de la Unión frente a un Congreso completamente dominado por los republicanos.
No obstante, Boehner rechazó la posición tomada por Obama.
«Una seria amenaza existe en el mundo y el presidente intenta taparla», sentenció el presidente de la cámara baja al anunciar la poco común invitación de Netanyahu.
«El Congreso puede tomar esta decisión por sí mismo - agregó al defender la invitación del premier israelí - No creo que estemos molestando a nadie», señaló.
Pese a que algunos medios, estadounidenses e israelíes, adelantaron que Netanyahu aceptó la invitación de la cúpula republicana en el Congreso, aún no hubo una respuesta oficial por parte de Jerusalén.
Mientras que en Israel la noticia desató un acalorado debate político a menos de dos meses de las elecciones generales anticipadas, la invitación cayó mal en el gobierno estadounidense.
«El protocolo sugiere que el líder de un país debe contactar al líder de otro país cuando viaja allí», aseguró el vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest.
Earnest no quiso hacer más comentarios hasta que el Gobierno «tenga la posibilidad de hablar con los israelíes sobre sus planes para el viaje y qué planean decir aquí».
Estos últimos años la posición de Netanyahu fue más parecida a la de la oposición republicana que a la de Obama. El líder hebreo sostiene que no se puede negociar con Irán y que sólo una mayor presión internacional a través de nuevas sanciones podrá doblegar a Teherán y forzarla a renunciar a su programa nuclear.
El consenso internacional, por el contrario, es que a través de las negociaciones multilaterales se podrá llegar a un acuerdo para limitar el programa nuclear del país persa, que según las potencias occidentales e Israel esconde el desarrollo clandestino de armas nucleares.
Por eso, Obama ya advirtió que esta dispuesto a vetar cualquier nueva sanción contra Teherán que sea aprobada por el Congreso antes de mitad de año, cuando vence el plazo último para alcanzar un acuerdo nuclear en Viena.
El debate ya se abrió en Israel sobre si un discurso del premier y candidato frente a un Congreso abiertamente opositor empeorará aún más la relación entre Jerusalén y la Casa Blanca, y cuánto puede influir en la popularidad de Netanyahu dicha participación en la disputada política de Washington.
Notas relacionadas:
Sin acuerdo. Irán y Grupo 5+1 amplían plazo de tratativas
EE.UU se debate entre Israel y un posible acuerdo con Irán
Liberman: «Acercamiento de EE.UU a Irán, grave error»