Los ex ministros israelíes, Yair Lapid y Tzipi Livni, acusaron al jefe del Ejecutivo, Binyamín Netanyahu, de poner en peligro las relaciones con Estados Unidos.

«Soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) son arrastrados a La Haya a la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes de guerra que no cometieron. La única manera de evitarlo es por medio de Estados Unidos, que nos ayuda a impedirlo. Por eso nuestros lazos son vitales para la seguridad de Israel», denunció Livni en una entrevista al Canal 2 local.

Sus palabras hacían referencia a la decisión anunciada por la CPI de abrir un examen por crímenes cometidos desde junio de 2014 en Gaza y Cisjordania, medida que fue respondida por Netanyahu, quien aseguró que no permitirá que ningún soldado de las FDI sea juzgado por tribunales internacionales.

Por su parte Lapid, quien fue destituido de su cargo junto con Livni por Netanyahu el pasado diciembre tras varias divergencias con el primer ministro, afirmó que varios diplomáticos norteamericanos le habían trasmitido su «estupefacción» ante la visita que hará Netanyahu al Congreso norteamericano el próximo marzo.

«Esta semana hablé con varios funcionarios norteamericanos. Estaban estupefactos. La conducta en torno a este discurso va contra el protocolo», criticó Lapid.

«El primer ministro conoce la relación con Estados Unidos, conoce el protocolo en el ámbito internacional. Si decidió romperlo para ofrecer un discurso en el Congreso sin agenda el evento con el presidente Obama dos semanas antes de las elecciones, sólo puede ser por una razón: cree que le ayudará en los comicios en Israel», incluso si el precio es dañar nuestra relación estratégica con Estados Unidos», acotó Lapid.

El pasado jueves el jefe del Gobierno israelí anunció su intención de viajar a Estados Unidos para pronunciar un discurso ante el Congreso norteamericano como respuesta a una invitación emitida por su presidente, el senador republicano John Boehner, durante una sesión acerca de las negociaciones del Grupo 5+1 con Irán sobre su programa nuclear militar.

La confirmación se produjo al día siguiente de que saltaran a los medios las primeras informaciones sobre la convocatoria norteamericana, provocando una protesta de la Casa Blanca por considerar que «viola el protocolo», al no haber estado al tanto de la invitación.

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