El dirigente laborista israelí, Itzjak Herzog, principal candidato a reemplazar al primer ministro, Binyamín Netanyahu, dijo que de conseguir formar gobierno tras las elecciones del próximo 17 de marzo tratará de reanudar el proceso de paz con los palestinos.
«Trataré de reanudar el proceso con nuestros vecinos palestinos basado en una plataforma regional, predominantemente con Jordania y Egipto», afirmó.
Herzog concurre a las elecciones en una coalición con Tzipi Livni, ex jefa del equipo negociador israelí.
En una convocatoria en la que en todo momento se presentó como candidato a suceder a Netanyahu, Herzog matizó que «una vez ocupe el cargo de primer ministro trataré de pulsar cuál es el espíritu de los palestinos y si desean emprender un nuevo proceso bilateral con Israel o continuar por la senda del unilateralismo».
«No sé qué tipo de espíritu observaremos entre los palestinos a partir del 17 de marzo, ni sé que tipo de liderazgo palestino encontraré» comentó el político israelí, que en numerosas ocasiones se reunió con el presidente de la Autoridad Palestina (AP), Mahmud Abbás, incluso en la sede de su Ejecutivo en Ramallah.
«Puede tratarse de un liderazgo demasiado enamorado de los pasos unilaterales, incluidas amenazas a nuestros hijos e hijas en la Corte Internacional de Justicia, algo totalmente inaceptable para mí, y puede optar por no regresar a las negociaciones bilaterales», adelantó.
Aunque insistió una y otra vez en que hará todo lo posible por reanudar el diálogo de paz, Herzog mostró cierto grado de incertidumbre sobre el momento que atraviesa el conflicto.
«Haré todo lo posible para retornar a las tratativas y reavivar el proceso con nuestros vecinos, pero seamos lúcidos al respecto: La situación hoy entre israelíes y palestinos no es la mejor, sino uno de los peores períodos en nuestras relaciones», subrayó.
Con todo, abogó por la construcción de medidas de confianza mutua y el diálogo cara a cara como elementos para salir del atolladero en que se encuentra el proceso.
En el plano interno, Herzog se comprometió a impulsar una agenda económica social que provoque un cambio en Israel, y en clave internacional a reforzar y mejorar la relación estratégica con Estados Unidos.
Asimismo, consideró un «error» el discurso que el próximo 3 de marzo tiene previsto pronunciar Netanyahu en el Congreso norteamericano por invitación de la mayoría republicana.
En lo tocante a la cuestión nuclear iraní, Herzog precisó que difiere de Netanyahu en la forma de abordar el tema, aunque reconoció que, en esencia, la posición de cualquier dirigente israelí es similar.
«Dije muchas veces que no hay diferencia entre la oposición y la coalición en Israel sobre la amenaza nuclear iraní. Ningún líder israelí aceptará jamás un Irán nuclear. Sin embargo, en la forma de enfocar el asunto difiero del primer ministro», aseveró.
Herzog defendió la vía diplomática y «discusiones francas y abiertas» tanto con la Administración estadounidense como con las potencias que negocian con Teherán, a las que, en su opinión, se debe expresar una posición firme para impedir un mal acuerdo.
Como novedad, apuntó que debe exigirse a la comunidad internacional que incluya en cualquier acuerdo con Irán que reconozca a Israel.
«Irán es el único Estado miembro de la ONU que llama a la erradicación de otro Estado miembro. Eso es inadmisible», señaló.
Interpelado acerca de si incluiría en el Ejecutivo o coalición a la Lista Árabe Unida, Herzog manifestó estar en profundo desacuerdo con los críticos a esta amplia alianza que por primera vez acude unida a unos comicios en Israel.
«Representan un importante colectivo y sus líderes son importantes. Se les debe otorgar el debido estatus y respeto», refirió el dirigente laborista.
Por su parte, un portavoz de la Lista Unida - que incluye al partido comunista Hadash, el único integrado por árabes y judíos -, Abdullah Abu Maruf, explicó a que su alianza aún no adoptó una decisión sobre si apoyar un gaginete liderado por Herzog-Livni desde dentro o desde fuera del gobierno.
«Nuestro programa incluye la lucha contra la discriminación, acabar con la ocupación y que haya paz. Y nuestro objetivo es impedir que Netanyahu forme gobierno. Si Livni y Herzog lo consiguen, analizaremos tras las elecciones nuestra posición», explicó.
El portavoz recordó que los partidos árabes apoyaron desde fuera del gobierno en los años '90 al entonces primer ministro Itzjak Rabín, que les correspondió incluyendo en sus políticas demandas recogida en sus programas electorales.
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