Siete árabes israelíes organizaron una célula del Estado Islámico (EI) para atentar contra objetivos del Estado hebreo y estuvieron en contacto con dos yihadistas que se unieron a las filas del grupo para cometer atentados.
Israel inició un juicio contra los siete acusados de pertenecer al EI y de planear ataques en agosto bajo su nombre en el país, informó la policía.
La acusación contra los siete residentes de la región del mar de Galilea fue formalizada en el Tribunal de Distrito de Nazaret.
«Hay cuatro detenidos relacionados con la red terrorista Estado Islámico y acusados de querer establecer un escuadrón en Israel para realizar ataques», comunicó el vocero de la policía, Micky Rosenfeld en una nota de prensa, en la que añadió que hay otros tres sospechosos de facilitar armamento al grupo.
Los sospechosos fueron acusados de organizar y configurar una célula terrorista que comparte ideología con el EI y mantiene contactos con el grupo en Siria e Irak, que tenía planeado atacar objetivos policiales y militares en la zona norteña de Migdal Haemek.
Uno de los acusados, Ahmad Ali Halil Ahmad, cumple cadena perpetua en prisión por su participación en el asesinato de un taxista en 2009. También está detenido su padre, Alí Halil Salim Ahmad.
Entre los sospechosos también están Mohammad Ihab Sharif, de 22 años; Mohammad Hamad Mohammad Jazala, de 23; y Ahmad Omar Mohammad Mahajana, de 19.
Los implicados admitieron haber planeado el ataque durante más de un año. Reconocieron que reunieron las armas, aprendieron a usarlas y reunieron información de inteligencia acerca de bases de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
En caso de haberse producido, el ataque habría implicado disparos y bombas incendiarias contra los soldados mientras se movieran alrededor de una base en la región de Galilea, en el norte israelí.
Según la acusación, Sharif y Mahajana estuvieron en contacto con dos amigos de Yafia: Mohammad Kilani y Mohammad Kana'aneh, que viajaron a Siria en noviembre de 2014 para unirse a las filas del EI.
«La exposición de los planes de la célula terrorista y la prevención de los ataques asesinos de sus miembros apuntan la creciente amenaza del éxodo de los militantes a las zonas de combate yihadistas en todo el mundo», informó el Shin Bet en un comunicado.
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