Hace un par de días, en una parada del tranvía en Jerusalén. De repente, una joven le susurra preocupada a la mujer que tenía sentada al lado: «Allí hay una bolsa sin dueño».
Rápidamente todas las miradas se dirigen al sospechoso bulto. El tranvía se detiene y un equipo de seguridad entra en acción. Diez minutos después la cosa se calma: no es una bomba. Alguien simplemente se lo olvidó al salir.
Desde que comenzaron los ataques con cuchillos perpetrados por palestinos hace ahora dos meses, los nervios de los israelíes que viven en Jerusalén están a flor de piel. Cualquiera puede convertirse en sospechoso.
Estar alerta se convertió en parte de la rutina de las personas. Ya sea en la entrada del supermercado, en el cine o en el museo, las fuerzas de seguridad pueden abrir los bolsos para inspeccionarlos. Sobre todo aquellos bultos sospechosos de haber sido abandonados son los que despiertan mayor atención.
La población es consciente de que estar protegido al cien por cien es algo imposible. «Si alguien me ataca con un cuchillo, no podré evitarlo», dice un transeúnte en la calle Yaffo de Jerusalén. «Aunque confío plenamente en nuestros servicios de seguridad, es algo imposible de evitar».
Los atentados de París consternaron también a los israelíes. En el país se debate acerca de las medidas que debería tomar Europa para combatir el terrorismo islámico.
Expertos en seguridad locales critican el fracaso de los servicios de inteligencia europeos y, en especial, de los franceses.
«El ataque contra la redacción de 'Charlie Hebdo' debería haber sido una llamada de atención para los servicios secretos franceses», dice Ronén Bergman, experto en inteligencia y periodista de «Yediot Aharonot».
«Desde hace un año monitoreo a través de fuentes israelíes, francesas y estadounidenses el tipo de medidas puestas en práctica por los servicios de inteligencia franceses desde los ataques de enero y observo graves faltas y errores», agrega.
Según el especialista, era sólo cuestión de tiempo para que se registraran nuevos ataques.
En el plano politico, las críticas hacia Europa, sobre todo desde el ala israelí más conservadora del país, no se hicieron esperar. Según el experto, la Unión Europea (UE) nunca entendió realmente el problema de Oriente Medio.
El primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, va más allá y compara la actual ola de violencia que sacude Israel con los atentados de París: «Es hora de que el mundo condene el terrorismo que sufre Israel como condena el terrorismo en Francia o en otras partes del globo», dijo.
Los expertos en seguridad coinciden en que no es tan sencillo hacer comparaciones. Para empezar, porque la situación inicial es totalmente diferente.
«El tipo de terrorismo que está sufriendo Israel en este momento es diferente a lo que ocurre en Europa», señala Shlomó Brom, del Instituto de Seguridad de Tel Aviv (INSS).
«En nuestro caso, no nos enfrentamos a ataques terroristas planificados y organizados por células que se identifican con el Estado Islámico (EI) o Al Qaeda», explica.
En Israel, por el contrario, la amenaza actual proviene de terroristas frustrados que actúan individualmente. Por lo mismo la situación no se puede comparar fácilmente, afirma Brom.
Especialmente en el ámbito de la cooperación en materia de seguridad es donde podrían aprender unos de otros.
«Se podrían fijar objetivos utilizando diversas técnicas de intercambio de información entre servicios de inteligencia. Por ejemplo, cómo obtener más información en las redes sociales», indica Brom.
También se puede intercambiar información sobre medidas y métodos de las fuerzas de seguridad en los controles fronterizos y aeroportuarios, por ejemplo.
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