La policía israelí difundió la identidad del sospechoso de disparar el pasado viernes por la tarde en el bar «Hasimtá», en el centro de Tel Aviv, causando la muerte de dos civiles e hiriendo a otros ocho, dos de ellos de gravedad, y pidió ayuda a la población para encontrarlo.

El sospechoso, Nashat Melhem, tiene 31 años, es ciudadano israelí y oriundo del pueblo árabe de Arara, en el Wadi Ara, al sureste de Haifa, cerca de la Línea Verde que separa Israel de Cisjordania, indicó la portavoz policial Luba Samri.

Venticuatro horas después del ataque en el bar, ubicado en la calle Dinzengoff, una de las principales arterias de Tel Aviv, el atacante sigue prófugo, mientras miles de policías y comandos especiales lo buscan.

«La policía llama a la opinión pública a permanecer alerta y no dudar en informar inmediatamente sobre cualquier situación o persona sospechosa», pidieron las autoridades en un comunicado. Se sumó más personal a la línea telefónica de la policía para que se pueda responder con rapidez a todas las llamadas.

Muchos israelíes se acercaron a encender velas en el lugar del ataque. Entre ellas estaban el primer ministro de Israel, Binyamín Netanyahu y el titular de Seguridad Interior, Gilad Erdán.

Netanyahu saludó que la familia del atacante condenara el atentado y llamó a la coexistencia entre la mayoría judía y la minoría árabe en Israel.

Las cámaras de una tienda vecina al bar filmaron a un hombre vestido de negro que compraba algo. Luego se lo ve sacar un arma de su mochila, salir de la tienda y disparar hacia el bar. En otro video grabado dentro del bar se ve cómo los clientes intentan protegerse en medio de las balas.

El tiroteo duró solo unos minutos y de los ocho heridos, dos siguen hospitalizados en situación grave. La policía desalojó las calles cercanas al bar y registró los edificios y apartamentos adyacentes.

El joven terrorista fue identificado por su padre a partir de las imágenes de las cámaras de seguridad y después de que este último recibiese una llamada de alguien que le pedía que comprobase si le faltaba su arma.

«Escuché que mi hijo estaba en Tel Aviv y que hizo lo que hizo», dijo el padre a la prensa en la puerta de su casa.

«No lo eduqué de esa forma, siento lo que hizo. Cuando tuve noticia de lo ocurrido, yo personalmente fui a la comisaría y ayudé a las fuerzas de seguridad en lo posible», agregó, además de manifestar el pésame a los familiares de las víctimas.

Todavía no está claro si el atacante era seguidor de alguna idelogía radical islámica o si tenía otros motivos.

Según los medios locales, en el pasado el terrorista fue sentenciado a cinco años de prisión por intentar arrebatarle la pistola a un soldado, en un intento por vengar la muerte de un primo que fue abatido por un policía durante el robo a un vehículo.

La policía no confirmó informaciones que apuntaban a que en la mochila del supuesto atacante se encontró una copia del Corán.

En un principio, tribunales de Tel Aviv impusieron el secreto de sumario durante siete días sobre la investigación de este caso, así como sobre la del asesinato de un taxista cuyo cadáver fue encontrado una hora después del tiroteo en las dunas de arena al norte de Tel Aviv.

Un abogado y familiar lejano del terrorista dijo a la prensa que creía que su antiguo cliente era emocionalmente inestable.

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