El presidente israelí, Shimón Peres, concedió al primer ministro en funciones, Binyamín Netanyahu, una prórroga de dos semanas para lograr formar una coalición de gobierno, tras no haberlo conseguido en el plazo inicial de 28 días.
Después de recibir del presidente la única prórroga prevista en la ley, de catorce días, Netanyahu acusó sin nombrarlos a los partidos Yesh Atid, del ex periodista Yair Lapid, y Habait Haiehudí, encabezado por el nacionalista religioso Naftali Bennett, de haber impedido la formación del gobierno por lo que denominó un «boicot a los partidos ultraortodoxos».
El acuerdo entre Lapid y Bennett por el cual ninguno se sumará a la coalición si el otro no lo hace fortalece la demanda de los primeros, que no quieren sentarse en un ejecutivo con los partidos ultraortodoxos Iahadut Hatorá y Shas, hasta ahora socios tradicionales de Netanyahu.
«El principal motivo de no haber podido finalizar la formación de una coalición hasta ahora es, y lo diré de la forma más clara posible, el hecho de que varios partidos están boicoteando a otros», declaró Netanyahu en una breve intervención ante la prensa junto a Peres.
«Hay un boicot contra un sector en Israel, y esto es contrario a mi visión» afirmó el mandatario, que añadió que está haciendo «todo lo posible para unir al pueblo», informó el diario «Yediot Aharonot».
El jefe del gobierno se refirió a la historia del pueblo judío y a las «tragedias causadas por el odio injustificado y las luchas internas» y recordó las amenazas a que el país se enfrenta hoy para pedir responsabilidad a los partidos y solicitarles «unir las fuerzas en vez de dividirlas».
Yesh Atid acudió a los pasados comicios con un programa cuyo principal punto era «compartir la carga del Estado», es decir, acabar con los privilegios de los ultraortodoxos que dedican su vida a estudiar la Torá, reducirles las subvenciones y lograr que entren en el mercado laboral y hagan el servicio militar obligatorio como el resto de la población.
Peres señaló que, tras pedir asesoramiento legal y escuchar cómo van las negociaciones, cree que «Netanyahu es el hombre que debe formar gobierno» y le deseo buena suerte para que lo consiga en las próximas dos semanas.
«Israel necesita un gobierno estable que sea capaz de gestionar los retos sociales y de seguridad que tenemos enfrente», dijo el presidente, que añadió que el Estado judío «es una democracia y la democracia requiere esfuerzos».
Netanyahu reprendió especialmente a Habait Haiehudí, que defiende los intereses del movimiento que impulsa la construcción de asentamientos en Cisjordania.
«Como judíos que hemos sufrido la prohibición, protestamos cuando Israel es boicoteado en los foros internacionales, y debemos hacerlo. Protestamos cuando los habitantes de los asentamientos en Judea y Samaria sufren el boicot de sus productos, y debemos hacerlo. La gente que tiene que ser más sensible a este asunto son ellos», señaló.
Netanyahu, que encabeza la facción Likud-Beitenu con 31 diputados en un Parlamento de 120, aseguró a Peres que está «muy cerca» de finalizar la formación de su gabinete, aunque por el momento no se informó de ningún avance en sus negociaciones con Lapid y Bennett.
Netanyahu podría gobernar sin el apoyo de uno de ellos, pero no puede hacerse con una mayoría parlamentaria sin ambos, que también suman 31 escaños.
En cuatro semanas de intensas negociaciones, el primer ministro en funciones sólo consiguió firmar un pacto de gobierno con la nueva formación de Tzipi Livni, Hatnuá, que se garantizó dos ministerios y encabezar las negociaciones con los palestinos pese a aportar sólo 6 diputados.
Si transcurrido este nuevo plazo Netanyahu no logra un pacto de coalición que le permita gobernar, Peres podría, tras hacer nuevas consultas con los jefes de los partidos más votados, encargar la formación de gobierno a otro diputado.
De no conseguirlo el siguiente candidato, el presidente se vería obligado a convocar nuevas elecciones generales.
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