La escuela bilingüe Max Rayne Hand de Jerusalén, a la que asisten unos 600 niños árabes y judíos, fue incendiada, en un supuesto ataque que tendría motivos de odio, al haber aparecido pintadas en contra de la integración de estas dos comunidades.
Las primeras investigaciones apuntan a que el incendio fue provocado desde el interior del colegio, que es el mayor centro educativo árabe-judío de Israel, según informó «The Jerusalem Post».
Además del incendio, las autoridades informaron de que en las paredes de la escuela se encontraron pintadas con slogans en contra de la convivencia de ambos pueblos y en contra de los árabes, como «No hay coexistencia con el cancer», «Basta de asimilación» o «Muerte a los árabes».
El alcalde de Jerusalén, Nir Barkat, condenó duramente el vandalismo y afirmó que este tipo de atacantes «no se pueden tomar la ley por su mano y atacar la rutina de la vida de la población».
Por su parte, la líder del partido de izquierda Meretz, Zehava Gal-On, relacionó este ataque con el nuevo proyecto de ley de nacionalidad que pretende declarar a Israel como «Estado-nación del pueblo judío», asegurando que daña las relaciones entre ambos pueblos.
«No es una coincidencia que esta acción violenta fue contra aquellos que quieren establecer coexistencia e igualdad», señaló.
Luego de una reunión conjunta de maestros, padres y alumnus, la dirección de la escuela dio a conocer un comunicado en el que manifestaron su consternación por el ataque, informaron que el mismo no impedirá la voluntad de todos de poder convivir en paz y tolerancia, llamaron a las autoridades a detener y enjuiciar a los culpables.
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