Casi seis millones de israelíes están convocados hoy martes, a las urnas en unas elecciones anticipadas de las que saldrá la vigésima legislatura del Parlamento y el trigésimo cuarto gobierno del Estado judío.
Los colegios electorales se abrieronn a las 07:00 hora local y se cerrarán a las 22:00, cuando se publicarán las primeras encuestas a pie de urna y comenzará el recuento de votos, que se espera que concluya al amanecer del miércoles.
Pese a que la Comisión Electoral publicará los datos provisionales en la mañana del miércoles, los resultados oficiales sólo se conocerán una semana después, e incluirán los votos de diplomáticos y soldados que ejercieron este derecho en urnas especiales.
La jornada electoral, que se desarrollar en 1,282 localidades y con 10.372 urnas, se lleva a cabo bajo estrictas medidas de seguridad, aunque a diferencia de otras ocasiones las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) no cerrarán Cisjordania, según confirmó una portavoz militar.
Por su parte, la Policía desplegó miles de agentes de su cuerpo nacional y de la Policía de Fronteras en un dispositivo especial para garantizar la seguridad del proceso electoral durante esta jornada festiva.
«Se montó una operación especial para custodiar y garantizar la seguridad durante la jornada electoral y del escrutinio», señaló un comunicado oficial, que destacó que la presencia policial es más nutrida en aquellas zonas susceptibles de incidentes.
Entre esas zonas se encuentran los focos de población mixta, donde árabes y judíos concurren a las mismas urnas.
La población árabe israelí, constituida por alrededor de 1,6 millones de habitantes, acude por primera vez a unas elecciones con una coalición multipartita que reúne a islamistas, demócratas y nacionalistas, a la que los últimos sondeos, realizados antes del fin de semana, otorgaron alrededor de 13 escaños.
Pos su parte, los políticos israelíes apuraron las últimas horas de la jornada previa a los comicios mientras muchos ciudadanos siguen sin decidir cuál será el partido que se gane su confianza.
El primer ministro y dirigente del Likud, Binyamín Netanyahu, y el líder de la alianza Grupo Sionista, Itzjak Herzog, finalizaron sus campañas con diversos actos.
Su objetivo, cerrar filas ante sus correspondientes formaciones y convencer al elector indeciso que podría darles la llave del gobierno y que, según algunos sondeos, alcanza el 20% de los votantes cuando ya se abrieron las urnas.
La amalgama electoral, que supera la treintena de partidos que recorren el espectro desde la izquierda más extrema hasta la ultraderecha más nacionalista y religiosa, parece disgustar a algunos electores, que no encuentran sentido a tanta diversidad.
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