En los años '50, cuando en Venezuela gobernaba el dictador Marcos Pérez Jiménez, la orquesta Billo's Caracas Boys estrenó la guaracha «Los Cadetes», como homenaje a los graduados en la carrera militar.
La tal guaracha tenía un estribillo que decía: «La marina tiene un barco, la aviación tiene un avión, los cadetes tienen sable y la guardia su cañón». Y los jóvenes y no tan jóvenes de entonces nos entregábamos con entusiasmo a bailar y corear una elegía musical al mundo militar, sin detenernos a meditar que precisamente de ese mundo provenía el dictador que gobernaba al país con mano de hierro y los militares que abusaban de su condición. A éstos les bastaba con colocar sus gorras en la parte trasera de sus vehículos, como salvoconducto para cualquier tropelía.