Más de mil sudaneses del sur y activistas protestaron cerca de la Cinemateca de Tel Aviv en la noche del sábado, bajo el lema «Sudán del Sur es peligroso», con el fin de pedir más tiempo en Israel antes de regresar a su país.
Según anunció el Gobierno israelí el pasado 31 de enero, debido a que Sudán del Sur es ahora una nación y las relaciones bilaterales entre el Estado hebreo y el país son óptimas, los residentes sudaneses tendrán hasta el 1° de abril para salir voluntariamente del país o ser deportados, recibiendo la cantidad de mil euros por adulto.
Dirigentes y analistas israelíes lamentaron que el ex guardián del campo de exterminio nazi de Sobibor, John (Iván) Demjanjuk, de 91 años, condenado en mayo de 2011 en Alemania a cinco años de prisión por participar en el asesinato de 27.900 judíos, haya muerto en libertad.
El ministro de Finanzas israelí, Yuval Steinitz, manifestó que «por desgracia, Demjanjuk murió sin haber purgado su condena».
El vicesecretario de Estado británico para Oriente Medio y Magreb, Alistair Burt, solicitó al Gobierno israelí que cancele su decisión de trasladar a los colonos judíos del asentamiento ilegal de Migrón, en Cisjordania, a un lugar alternativo.
«Estamos muy preocupados por el hecho de que este acuerdo supone un precedente peligroso para otros asentamientos ilegales tanto bajo el Derecho Internacional como bajo la legislación israelí. Es también directamente contrario a los compromisos adquiridos por Israel con la comunidad internacional bajo la «Hoja de Rutas» del Cuarteto de evacuar los asentamientos», dijo Burt.
El Mossad israelí dejó de lado su habitual secretismo para desvelar, en una exposición en Tel Aviv, los entresijos de la captura hace medio siglo en Argentina de Adolf Eichmann.
Emplazada en el Museo de la Diáspora Judía, en Tel Aviv, la muestra presenta más de cien documentos, fotografías, testimonios y utensilios que aportan luz sobre la identificación, secuestro, transporte y ejecución de «Dybuk», espíritu maligno en la tradición judía con el que el dossier que fue bautizado en clave.
El ejercicio, es el primero en su tipo realizado entre las dos fuerzas militares, e incluyó tareas tales como simulacros de ataques e interceptaciones, donde las partes se turnaron asumiendo los roles de atacante y defensor.
Los jets F-16, fueron los únicos aviones de combate polacos que participaron de la ronda de ejercicios realizados en la base Ovdá en el Neguev, junto a los F-15 y F-16 israelíes.
De esta manera, el ejército polaco se suma a las fuerzas griegas, rumanas, estadounidenses e italianas, las cuales ya han celebrado ejercicios conjuntos con la Fuerza Aérea israelí en los últimos años.