El ex presidente israelí, Moshé Katsav, salió de la prisión de Maasiyahu, por primera vez en cinco meses y medio, para asistir a boda de su hijo Noam. La policía le concedió su petición y extendió su licencia de siete horas a ocho horas y media.
Kastav, quien cumple una condena por violación y abuso sexual, se esforzó para conseguir el permiso. Su licencia fue posible después de que un comité de salud mental considerase que el recluso no era un peligro para la sociedad, y la policía dio su consentimiento.
El primer ministro Binyamín Netanyahu advirtió en la reunión semanal del Gobierno que Israel podría verse inundado de inmigrantes llegados ilegalmente de África.
El creciente número de inmigrantes que entran en el Estado judío sin el debido permiso es uno de los temas prioritarios del gobierno tras una ola de delitos, incluyendo violaciones, atribuidos a ellos.