Las imágenes en estas semanas de cientos de miles de sirios huyendo de su país convertido en un gran infierno han tenido el impacto de sacudirnos a todos. La del niño muerto en las costas de un mar embravecido y en una realidad aún peor ha podido ablandar el corazón de algunos países que se han convertido en refugio de varios de ellos.
El movimiento BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones), que tuvo este fin de semana una actuación tan desafortunada con Matisyahu en el festival de música reggae de Benicàssim, revela muchas más cosas acerca de sus promotores y seguidores que del asunto del que pretende ocuparse.
Las casualidades políticas no existen, los errores políticos sí. En Israel la atención está depositada siempre en las mismas cosas aunque el orden de importancia se modifique.
El Gobierno de Netanyahu ya no se conforma con su denodada caza de brujas contra organizaciones israelíes de defensa de derechos humanos que con valentía sacan a luz conductas perversas de la sociedad israelí. En estos días el Ejecutivo hebreo abre un nuevo frente. El peligroso enemigo dentro del judaísmo cruzó las fronteras y hoy se refugió en las diásporas. Hay que demolerlo.
Los recientes actos de terrorismo judío impactaron al Gobierno israelí. Pero la lucha contra estos extremistas no es un punto de inflexión, es mero activismo temporal.
El atentado cometido por terroristas judíos que incendiaron una casa palestina en una aldea de Cisjordania y provocaron la muerte de un bebé de 18 meses no es un crimen aislado. Sólo hasta julio de 2015, judíos extremistas cometieron 112 agresiones contra civiles palestinos o sus propiedades en Cisjordania y Jerusalén Oriental, de las que 39 acabaron con uno o varios heridos, según datos de Naciones Unidas. En 2014, hubo un total de 312 asaltos.
Itzjak Eliahu Navón (1859 - 1952), poeta y trovador judío-turco, soñaba con la creación del Estado de Israel. Sus plegarias expresaban las ansias por ver «la gran paz que brotará de mi tierra, la ley y la justicia que construiremos para que todos los pueblos agradezcan la cordialidad de mi religión». Todos estos ideales, y otros tantos más, son parte de su poema titulado «Capullos de paz».
Bibi Netanyahu, el hombre que se presentó hace tres años en la Asamblea General de la ONU con un singular dibujo de una bomba nuclear que Irán supuestamente estaba a punto de alcanzar, es el principal fracasado de lo sucedido en Viena, donde el Grupo 5+1 cerró un pacto nuclear con la República Islámica.
Esta noche, amigo mío, el dinero nos ha embriagado.
No toda función teatral es una imagen de la realidad. Hasta pueden convertirse en una cortina de humo para esconder esa realidad.
Cuando se cuenta con una mayoría de un solo voto, cualquier diputado es rey. Por eso Bibi tiene que hacer equilibrios en la cuerda floja del Parlamento para salvar a su gobierno, apoyado por una mínima coalición de 61 escaños en un plenario de 120.