Las sirenas y las campanas de las iglesias sonaron el viernes de mañana ante el memorial a los héroes del Gueto de Varsovia, 70 años después de que un puñado de combatientes judíos atacaron a los nazis para morir con las armas en la mano, en lugar de ser asesinados en un campo de exterminio.
Varios cientos de personas se reunieron para esta ceremonia, en la cual participaron el jefe del Estado polaco, Bronislaw Komorowski, el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, el ministro israelí de Educación, Shai Pirón, y sobrevivientes del Holocausto.
«Ninguna capital de Europa fue destruida al mismo punto que Varsovia, que fue transformada en un montón de ruinas, pues ninguna luchó tres veces contra el invasor, en 1939, en 1943 y en 1944», recordó Komorowski.