Israel celebró el 65° aniversario de su independencia y la Autoridad Palestina (AP) conmemoró la Nakba (desastre), ambos sin tratativas e igual de alejados como hace tres años.
La paciencia se agotó. Si el sistema politico-económico israelí no logra reformarse de manera racional, recibirá el duro golpe de una respuesta irracional. Si no se les ofrece pronto a los ciudadanos el nuevo pacto social que se les prometió antes de las últimas elecciones, a diferencia del verano de 2011, serán nuevamente centenares de miles quienes terminen reclamando y rebelándose contra la dirigencia y el sistema, pero esta vez sin cantantes famosos ni guantes de seda.
A diferencia de Estados Unidos, en países con más experiencia en ataques terroristas, como Israel, los restos de un atentado se limpian inmediatamente y se evitan las conmemoraciones o las muestras públicas de pesar o de angustia. Las desgraciadas experiencias enseñaron al Estado judío que restringir el impacto psicológico de la sociedad es parte del trabajo de limitar el daño que causa el terrorismo.
Son muchos, grandes, graves y serios los problemas que acarrea Israel en vísperas de conmemorar sus 65 años de independencia. Pero, de todas maneras, es también una oportunidad para determinar algunos de los factores que explican la posición de la que goza actualmente el Estado judío, situado en una zona convulsa y rodeado de peligros y amenazas, en materia de emprendimiento e innovación.
En la pasada visita de Obama a Israel no eran muchas las expectativas que la Administración norteamericana tenía acerca de la misma. Desde esa perspectiva no se equivocaron. Es cierto que se trataron temas previstos pero lo más positivo fue finalmente el encuentro directo entre Obama y Bibi.
Obama llegó a Jerusalén con el deseo de inspirar a jóvenes de Israel mediante un discurso. Tal como lo hizo varias veces en Estados Unidos, buscó pasar por encima de los políticos para llegar directamente a la gente.
Las banderas en las avenidas de Jerusalén presumen la alianza indestructible con Estados Unidos; las barras y las estrellas ondean al lado del Maguén David a lo largo y ancho de la capital de israelí.
Incluso antes de anunciarse la casi «obligada» visita de Obama a Israel y la Autoridad Palestina, un tema recurrente para los analistas internacionales fue preguntarse si EE.UU está iniciando un repliegue de Oriente Medio.
Al acercarse la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, se puede afirmar que las graves discriminaciones que sufren las mujeres en los países árabes eclipsaron en las últimas décadas el hecho de que la situación de las israelíes está lejos de ser equiparable a la de esas democracias avanzadas con las que pretende compararse el Estado hebreo.