A pesar de tener su reelección prácticamente asegurada, Obama está sufriendo las consecuencias de no haber sabido ejercer un liderazgo fuerte y coherente en Oriente Medio, donde el sentimiento antiestadounidense desembocó en una nueva ola de violencia en la región.
Luego de reconocer la gran concentración de población judía en los territorios de Cisjordania, el presidente Obama recordó la antigüa posición norteamericana de que los asentamientos constituyen un obstáculo para la paz.
Cada víspera del Año Nuevo Judío me devuelve a Beatriz, mi madrijá (instructora, en hebreo) de la adolescencia (Dante decía que cada uno de nosotros carga con su propia Beatriz); uno de aquellos personajes menudos pero gigantescos, cuya impronta va adherida a mí hasta hoy.
Días de histeria; de pánico total; semana tras semana. Irán sí, Irán no; «primavera/invierno árabe»; más de 20.000 muertos en Siria; misiles desde Gaza; posibles misiles desde Líbano; yihadistas en el Sinaí, alertas a la población por SMS; un ex ministro que garantiza apenas (!) 500 muertos en la próxima guerra y un presidente que nos asegura que «las amenazas no son tan terribles» (?).
¡Aquí no hay primavera de Praga! solía decir Salvador Allende, refiriéndose a Chile. En Oriente Medio tampoco. Israel se define como la única democracia de la región en las ultimas seis décadas, por lo cual parecería que debería simpatizar con la ola de levantamientos contra las tiranías en el mundo árabe que le rodea. No obstante, en el Estado hebreo los sentimientos son más contradictorios.
Irán domina las primeras páginas de la prensa isrealí varias semanas. El motivo es de alta preocupación: un eventual ataque hebreo a las instalaciones nucleares del Gobierno de Teherán.
Hace pocos días fueron conmemorados los aniversarios de las explosiones de dos bombas atómicas en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagazaki que, con sus nefastas consecuencias, determinaron el fin de la Segunda Guerra Mundial. Cabe recordar que desde entonces, en ningún conflicto del planeta, por violento que fuera, ninguno de los países que poseen armamentos nucleraes llegó a utilizarlos.
El ataque ocurrido el domingo por la noche contra un puesto de control militar egipcio en la Península del Sinaí y la inmediata represalia de las Fuerzas Armadas de ese país, representan un cambio en la forma en que se ha manifestado la violencia en esa zona durante mucho tiempo.
Israel comienza a definir su postura frente a los dramáticos sucesos en Siria, sobre todo desde el mortífero atentado en Damasco que logró acabar con la cúpula militar del presidente Bashar al-Assad.