Para comenzar, digamos lo que no se puede decir en voz alta: el sueño imposible de los palestinos es que Israel, con todos sus ciudadanos judíos, no hubiera existido nunca y no les hubiera amargado la existencia, de igual manera que el sueño imposible de los israelíes es que sus vecinos árabes tampoco existieran ni se pasaran la vida odiándolos.