Es verdad; no «conquistamos» Cisjordania en 1967, apenas la «liberamos». Lo que no entiendo hasta hoy es por qué en marzo de 1968, siendo yo soldado del Ejército regular israelí, caminamos más de 90 kms durante tres días seguidos por los territorios, y cuando entramos en las ciudades de Tul Karem, Shjem y Jenín, mi brigada recibió la orden de «desfilar» por la avenida principal entonando marchas triunfales mientras sus habitantes nos observaban atemorizados.
Pintaba más o menos bien. Hace dos años atrás, en octubre de 2010, Fidel Castro, ya anciano, recapacitó con la almohada, trató de enmendar algunos de sus errores y rectificar sus pensamientos. Dicen que nunca es tarde cuando la intención es buena.
La inestabilidad de las coaliciones del sistema político israelí no es ninguna novedad. En un país donde la diversidad de partidos es un claro reflejo del alto grado de complejidad de la sociedad, las crisis internas en los ciclos políticos son amenazas constantes para los gobiernos.
Las redes sociales y la blogosfera en Israel se sobrealimentaron esta semana con el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, después de que éste mostrase el dibujo de una bomba en la ONU para ilustrar el programa nuclear iraní.
Esta semana, al igual que en varias otras, podíamos leer los diarios o ver las noticias por televisión y llegar a la conclusión de que tanto árabes como musulmanes no se sienten bien.
Movimientos unilaterales en Naciones Unidas. Amenazas de anular los Acuerdos de Oslo. Esta semana varios dirigentes de la Autoridad Palestina volvieron a jugar con esas piezas tan sueltas que son una decena de grupos terroristas diferentes, todos armados, financiados y manipulados por odios, vanidades, rivalidades o uno, dos o tres Estados palestinos a la vez.
Han sido muchos los intentos de paz sellados en Camp David, Oslo, Madrid y Washington. El mensaje de un pueblo adulto de 5773 años es que no queda más remedio que volverlo a intentar.
Esta semana, el presidente egipcio, Mohamed Mursi, realizó un aterrizaje de pocas horas en Irán, a la cumbre de Países No Alineados, donde se reunió con su homólogo, Mahmud Ahamadinejad, para luego llegar en visita oficial de tres días a China.
«Aunque la historia no tenga un sentido, nosotros podemos darle uno», escribió Karl Popper. El Holocausto es posiblemente el paradigma de la recuperación memorística con vocación ejemplar y cívica, donde el sentido del pasado a ser recordado radica en la mencionada utopía mínima del «Nunca más».