Entre los principales objetivos del mes de ayuno de Ramadán en el Islam figura la reflexión y la introspección del creyente para consigo mismo, para con su prójimo y sobre todo para con Alá, su Dios, cosa que además debe servir no sólo para limpiar el cuerpo, sino también darle más pureza a la mente y al alma.
Desde hace dos meses que nuestros medios informáticos nos vienen lavando la cabeza y preparándonos para el gran logro: La delegación israelí a los Juegos Olímpicos de Londres es la mejor de todos los tiempos y volverá a casa con 3 o 4 medallas reales en la maleta y la posibilidad de traer otras 3 si todo marcha viento en popa.
¿Por qué la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Londres incluyó menciones de la Guerra de los Balcanes en 1996? ¿Por qué los Juegos Olímpicos de Invierno de 2002 en Salt Lake City se abrieron con un minuto de silencio por las víctimas del atentado del 11-S a las Torres Gemelas?
Una persona miraba las fotos de una niña que sus padres le habían tomado con su cámara digital. «¿Cómo es posible que salga bien en todas?"», les preguntó.
Por un lado, no puedo decir que desconfío del sistema judicial israelí. Son demasiadas las veces en las cuales tuvo que pasar el examen de «sin miedo y sin tacha» y las aprobó casi todas con sobresaliente.
Más de uno habrá leído esta semana que Java Hershkovitz, una anciana israelí de 79 años, se llevó la corona de «Miss Sobreviviente del Holocausto» en un polémico concurso que tuvo lugar en Haifa.
Esta semana, con motivo del Día Internacional Contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, el vicepresidente iraní, Mohammad Reza Rahimi, pronunció un discurso antisemita en Teherán, donde aseguró que el hecho de que no exista ningún sionista drogadicto es una prueba de que los sionistas «participan en el tráfico de drogas y en el el asesinato de criaturas negras recién nacidas en África».
Dos pájaros, bautizados como Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina, dejaron de lado la política y las peticiones de boicot, se subieron al Titanic y pusieron proa a Israel con su equipaje de música y poesía. Allí aguardábamos expectantes más de 6.000 almas en Tel Aviv, o, al decir de estos pájaros, «Nos esperaban nuestros amigos».