El fuego en el Carmel es el huracán Katrina de Netanyahu; es su derrame de petróleo de BP. Su conducta recuerda las torpes respuestas de Bush frente al desastre provocado en Nueva Orleans y las diligencias por parte de Obama frente a la enorme mancha en el Golfo de México.
Somos una nación más dentro del concierto de las naciones que, gracias a Dios, no está sola, no vive aislada, no es un paria como la prensa de muchos países nos quiere encasillar. Fueron muchos los paises que nos tendieron su mano.
Personas jóvenes, mujeres y hombres, salieron a un curso de oficiales del Servicio de Cárceles. Llegaron al él desde diferentes puntos del país: Safed, Ashkelón, Dimona, Netivot, Ofakim, Rehovot, Gan Yavne, Yarka, Kfar Jat y Beit Jann.
Casi todo lo que no dispara en el Estado de Israel goza de tercera y cuarta prioridad, porque los gobiernos - el actual y también los que lo precedieron en la última década - rechazan internalizar el hecho de que hoy en día la retaguardia es el frente.
En el contexto de nuestra inestable vida política, donde no hay gobierno que dure demasiado tiempo y ningún primer ministro consigue sobrevivir por más de un período y medio en su cargo, el Rabino Ovadia Yosef emerge como toda una isla de estabilidad.
Binyamín Netanyahu no puede controlar la demografía, pero puede centrarse en la integración de los árabes y los ultra-ortodoxos en el mercado laboral en lugar de perder su tiempo en discusiones con Barack Obama.
La reciente crisis con EE.UU acerca de la construcción en Jerusalén indica que resulta sumamente urgente llegar a una solución que determine qué es lo que quedará del lado israelí y qué será oficialmente territorio bajo control de la Autoridad Palestina.
El ministro de Exteriores, Avigdor Liberman, entiende que el mundo no lo aceptaría como socio en el diálogo, más allá de los trámites preliminares de rigor. No tiene oportunidad ninguna de poder visitar el mundo árabe y, en buena parte, Washington también queda fuera de su alcance.
Según Friedman, columnista del New York Times, los norteamericanos no llegan a comprender qué es lo que quiere Israel o hacia dónde está yendo, y además, según él, han comenzado a poner en duda su deseo de paz.
Binyamín Netanyahu está alcanzando el punto de irrelevancia límite desde el cual su gobierno habrá de deslizarse lánguidamente hasta llegar a las próximas elecciones con la impotencia de no tener nada valioso que destacar del período actual.
Necesitamos de un debate público y una nueva argumentación ideológica que plantee cuestiones del tipo "hasta dónde el Estado judío". Este debate debe ser ambicioso en sus intenciones; debe ocuparse de los valores que el sionismo debe poseer y en los que nosotros necesitamos fundarnos.
El perdón puede romper ese círculo vicioso de mutuas agresiones, rencores y represalias. Perdonar es lo que nos liberaría de esa situación infernal, posibilitando a todos, agresores y agredidos, un posible estado de paz y la oportunidad de desarrollarnos normalmente.
Mensaje del Presidente del Estado de Israel, Shimón Peres, a las comunidades judías en la Diáspora con motivo del Año Nuevo judío 5771.
Con estas y otras muchas reflexiones personales en mi cabeza, quisiera presentar aquí una aleatoria lista de oraciones, pensamientos y preguntas para el próximo año. Al hacerlo, espero también llamar a otros a la reflexión, y tal vez incluso a la acción.
El propósito de la ofensiva actual de la derecha israelí es crear en el terreno cambios orientados hacia una concepción nacionalista religiosa que sea difícil de revertir aunque la coyuntura política cambie, y que marque el rumbo del país en el futuro.
El problema aquí no es la esencia, sino más bien, el estilo. Nos hemos vuelto un país de comentaristas, de gacetillas de chismes, terreno fértil para la difamación que sustituye cualquier posibilidad de discusión directa sobre las cosas mismas.