Hay muchísimas razones por las cuales los partidos de extrema izquierda aman al gobierno teocrático iraní. He aquí algunas de ellas, que por supuesto no agotan la lista.
Una historia absurda: En la primera década posterior a la Guerra de los Seis Días, Israel decidió no decidir. No había llegado la hora de prestar atención a las advertencias de quienes entendieron de inmediato la trampa de la ocupación.
El 3 de octubre de 1903, el filósofo austríaco Otto Weininger alquiló una habitación en la calle Schwarzpanierstrasse 15, en Viena, en la misma casa en la que murió Beethoven, y se suicidó. Su suicidio lo convirtió en una celebridad; su libro «Sexo y carácter» alcanzó un éxito inesperado y obtuvo críticas ditirámbicas. El célebre dramaturgo sueco, August Strindberg, escribió que Weininger «probablemente solucionó el más difícil de los problemas, el de la mujer».
El terrorismo islamista mantiene en alerta a Europa. Este año, primero fue Francia, y luego Dinamarca. Todos se preguntan dónde volverán a atacar los terroristas, pues nadie duda que lo harán.
Las tensiones en Cisjordania entre Israel y la Autoridad Palestina (AP) van en aumento, con lo que la zona se ha convertido en el escenario más inestable del entorno israelí, y crece el riesgo de que allí se produzca una nueva oleada de violencia a gran escala.
Hay quien piensa que la crisis que se vive en las relaciones entre Israel y Estados Unidos, o en la relación personal entre Netanyahu y Obama, se debe a que hay profundas diferencias ideológicas entre ellos, o a su opuesta forma de pensar en cuanto al rol que debería jugar Estados Unidos en Oriente Medio, o a sus divergencias en torno a Irán.
Las próximas elecciones en Israel se proyectan como un viejo drama con guión conocido que despierta muy poco interés, y sobre todo, con alternativas de desenlace nada sorpresivas en la formación y políticas a adoptar en el futuro gobierno. De ninguna manera hay que confundirse y dejarse impresionar por la vehemencia que caracteriza las confrontaciones en el actual proceso electoral. Esto es parte inseparable del juego preliminar y ritual fijo.
Para escapar del Laberinto, donde habían sido encerrados por Minos, Dédalo fabrico alas para él y su hijo, Ícaro, y así volar hacia la libertad. Dédalo instruyó a Ícaro no volar cerca del sol, porque las alas estaban adheridas a su cuerpo con cera. Desoyendo a su padre, sin embargo, y ante la fascinación de ser capaz de volar, Ícaro voló tan alto y tan cerca del sol que el calor derritió la cera que sostenían sus alas. Las perdió y cayó al mar, donde murió.
El ritual de la colonización civil judía en Cisjordania responde a un estricto protocolo ceremonial que se repite sucesivamente.
Este trabajo es también un intento: En casi todos los países de Europa el año 2015 ha sido iniciado bajo el acento de dos peligrosas apariciones precedentes: El Islamismo y el Neo-Fascismo.