El Instituto Israelí para la Democracia publicó un estudio que aporta una imagen concreta de la sociedad israelí. Según sus principales datos, casi un 90% de los judíos que viven en Israel admiten que los rituales del ciclo de vida judaico son importantes o muy importantes. El 87% acepta que los alimentos servidos en las instituciones públicas deben ser kosher, el 80% cree en Dios y estima que las buenas acciones son recompensadas. Además, el 67% piensa realmente que los judíos son el pueblo elegido y el 65% cree que la Torá fue entregada por Dios.
Yair Lapid, conocido escritor, periodista y estrella de los medios de difusión, finalmente dio el gran salto a la arena política israelí. Tal como ocurrió en los procesos elecctorales del pasado, la aparición de un nuevo y floreciente candidato sin las típicas manchas de la contaminada política del país trae aparejada la formación inmediata de una larga cola de cofrades y prosélitos.
¿Por qué ha despertado una indignación unánime la caricatura firmada por Gustavo Sala, sobre los campos de concentración nazis? Probablemente quien la firmó no debe entender por qué ha concitado tanto repudio público.
Se ha vuelto difícil en este país distinguir, al menos en el plano visual, entre una ceremonia de inauguración de un nuevo libro de la Torá y una llegada a la reunión de gabinete a cargo del primer ministro (que es «bueno para los judíos») y su cortejo ataviado con kipá y talit.
Estos días ocupo la mayor parte de mi tiempo dando conferencias a israelíes de diferentes estratos sociales y de comunidades diversas a nivel nacional.
Según un estudio realizado por la profesora Ifat Maoz de la Universidad Hebrea de Jerusalén, los israelíes tendemos a mostrar mayor confianza en aquellos líderes árabes que tienen «cara de niño». En otras palabras, existe la posibilidad de un consenso nacional más amplio en lo relativo a la firma de acuerdos con líderes que tengan rostros redondeados y de piel suave, labios carnosos y ojos grandes.
Toda sociedad que aspira de sus miembros ser activos participes del progreso universal, invierte permanentes y redoblados esfuerzos de imaginación en pos de una constante renovación, modernización y adaptación a los avances tecnológicos que sorprenden día a día.
Nada detuvo a Ismail Haniyeh, primer ministro de Hamás en Gaza, a la hora de hacer declaraciones al mejor estilo Ahmadinejad acerca de que los días de Israel están contados, y pedir la creación de un ejército árabe de la Yihad para la liberación de Palestina. Sin embargo, detrás de estas pretensiosas consignas subyace una realidad muy difícil para la organización terrorista que ya no puede ocultarse.
Newt Gingrich ganó en Carolina del Sur, y eso está bien, muy bien. ¿Qué tiene de bueno la victoria de un ególatra que se compara a sí mismo con Churchill, De Gaulle y Binyamín Netanyahu? Es bueno porque trae consecuencias negativas para el Partido Republicano, borracho ya no de vino, sino de té. Y así es como continuarán estos salvajes hasta el verano; terminarán devorándose entre los candidatos.